¿Y tú qué quieres ser de mayor? Papá, quiero ser bloguero y escribir sobre lo que me gusta.
—Pero ¿Qué me estás contando, hijo? ¿A ti te parece que ser un bloguero de esos es un trabajo serio? Hijo mío, qué disgusto le vas a dar a tu madre cuándo se entere de que quieres ser bloguero.
Está claro: todos lo sabemos: ser bloguero tiene “su aquél”. De entrada no es fácil mantener el tipo tomándoselo como una profesión.
Porque aunque una profesión sea algo que se profesa (y cuando se profesa ser bloguero se hace por una convicción que nace de dentro), lo cierto es que como en otras cosas, una profesión se entiende generalmente como algo que da dinero y mayormente permite vivir con dignidad.
Así que si le has dicho a tu padre que quieres ser bloguero y no te ha partido la cara es porque ahora casi son los hijos los que pegan a sus padres y no al revés.
Tu seguramente no, que fijo que eres buena persona, así que lo único que ocurrirá ante la respuesta paterna será que intentarás argumentar tus deseos, incluso tu necesidad de ser bloguero.
Papá (le dirás), de un blog se puede vivir perfectamente. Se puede cobrar por poner un banner lateral (le estará sonando fatal a tu viejo, pero tú sigues de corrido) 😀 anunciando Se puede cobrar por artículos escritos de forma que se venda algo y cobrar por ello.
(Has cogido carrerilla y ya no puedes parar, entusiasmado) 😀 También se pueden vender cursos propios o de otros y cobrar por ello.
(Ya estás que no hay quién te pare) 😀 Y además de todo eso, con un blog se puede llegar a dar conferencias y cobrar por darlas. (Estás que te sales). 😀
¿Tú le estarías mintiendo a tu padre? D´ont be cruel. No, tú nunca mentirías a tu Sigue leyendo